Uno de los momentos más delicados de la fecundación in vitro es la punción ovárica. Muchas pacientes nunca antes habían entrado en un quirófano ni habían sido anestesiadas, lo que provoca un plus de ansiedad que se suma a la que ya provoca el propio tratamiento de reproducción asistida. Vamos a intentar solventar las dudas más frecuentes de nuestras pacientes:
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La punción y aspiración ovocitaria es uno de los pasos fundamentales en la fecundación in vitro. Se realiza para la recogida de los ovocitos y su posterior fecundación o congelación.
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Aunque sencilla, no deja de ser una intervención quirúrgica. Es un proceso simple y de corta duración (10-15 minutos) que se realiza bajo sedación.
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La paciente debe de estar en ayunas, con la vejiga vacía, con una vía venosa canalizada y en posición de litotomía (boca arriba).
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El anestesista administra a la mujer una dosis mínima de anestesia, de esta manera la mujer no siente dolor durante la punción.
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El ginecólogo realiza una ecografía transvaginal. La sonda ecográfica lleva incorporada una aguja de aspiración con la que irá pinchando cada uno de los folículos y aspirando el líquido que contienen.
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El líquido obtenido se mantiene en tubos de ensayo a la misma temperatura del cuerpo humano (para no alterar la viabilidad de los óvulos obtenidos).
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En el laboratorio los embriólogos observan el líquido folicular al microscopio y recuperan los ovocitos obtenidos.
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No todos los folículos pinchados tienen un óvulos adecuados. Puede que no haya ovocito, o que el óvulo obtenido no esté maduro.
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La mujer permanecerá en la clínica 1-2 horas tras la punción, siendo dada de alta tras comprobar la ausencia de complicaciones.
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Las complicaciones más habituales son el dolor abdominal (si hubiera molestias o dolor se recomienda analgesia el día de la punción), hemorragia (generalmente autolimitada) e infecciones (para evitarlo se prescriben antibióticos preventivos tras la punción).
Ainhoa Fernández De Romarategui. Ginecóloga.